Durante la Edad Media cuando el Tarot ya se había difundido por toda Europa, todas las prácticas de adivinación comienzan a ser condenadas porque se los relaciona con la brujería.
La Santa Inquisición comienza a perseguir toda forma de religiosidad pagana, y la sancionaba hasta con la pena de muerte, ya que a todos los adivinos y seguidores se los consideraban herejes. Dentro de estas persecuciones estaban las prácticas adivinatorias que se realizaban con las cartas, el Tarot por ejemplo, era relacionado con la brujería.
En aquellos tiempos el Tarot antiguo estaba compuesto por 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores, los primeros fueron guardados muy cuidadosamente, mientras que los Arcanos Menores, compuestos por bastos, oros, copas y espadas fueron reducidos a 40.
Este juego de naipes, la Baraja Española, compuesta por cuatro figuras de bastos, oros, copas y espadas tal como la conocemos en la actualidad, son una derivación del antiguo Tarot.
Se debe tener en cuenta, que en este mazo de baraja Española sus símbolos, no solo se han simplificado sino también vulgarizados, dándole un uso popular y netamente adivinatorio, desobedeciendo además las enseñanzas místicas y herméticas de aquel Tarot.
Con este Tarot reducido conocido como barajas españolas, se inventaron juegos de mesa para no provocar malestar a la Santa Inquisición, pero se siguieron con ellas haciendo prácticas adivinatorias de manera oculta, prácticas que se mantienen aún en la actualidad.
De ahí que estas barajas tienen un uso lúdico y un uso adivinatorio. Este mazo, cuyo diseño fue variando con el tiempo, está compuesto por 7 cartas numeradas desde el As hasta el 7, junto con la Sota o Paje, Caballo o Caballero y Rey, habiéndose suprimido las Reinas y las cartas numeradas del 8 al 10.
Luego de tanta persecución en la Era de Acuario, lo esotérico y lo espiritual se fusionan a la vez que se retroalimentan dando una nueva visión del mundo y del universo, y ofreciendo de esta manera respuestas a las grandes interrogantes del hombre y de todo el entorno en el que se desarrolla.